El jefe de la Secretaría
de Admisión de la Universidad de Concepción y que representa al
Departamento de Evaluación, Medición y Registro
Educacional (Demre) en el
Biobío, Ricardo Rojas, dijo
ayer que “siempre han estado contemplados los protocolos sobre cómo proceder ante diversas situaciones”. Lo anterior, a propósito de la eventualidad de
manifestaciones durante
los días en que se desarrolle el proceso PSU, el próximo domingo 5, lunes 6 y
martes 7 de este mes.
Rojas detalló, sin embargo, que no es que exista un protocolo en particular ante protestas mientras se realiza la prueba, sino que se aplican los existentes.
“Si una funa va a durar una hora dentro de la sala, habrá que suspender la aplicación en esa sala. Están los protocolos establecidos, pero no en particular para lo que está ocurriendo ahora. Creemos que los protocolos existentes serían suficientes”, añadió el encargado.
Rocío López, ex dirigenta del centro de alumnos del Liceo A-21 de Talcahuano, señaló por su parte que “el ambiente a nivel país no está dado para rendir la prueba, porque muchos jóvenes que se han estado manifestando tienen lesiones por la represión policial y eso, además de ser un impedimento físico, también causa un daño psicológico”.
Según la estudiante, “durante mucho tiempo se ha buscado eliminar la PSU, porque no mide los conocimientos, es algo que está dentro de las demandas sociales”.
Desde la Coordinadora Estudiantil Secundaria, la oposición a la PSU, como instrumento de medición, es compartida, pero son más pesimistas respecto de lo que pueda ocurrir durante las jornadas del lunes y martes. “Consideramos que sería un hito importante, pero creemos que el movimiento estudiantil no tiene la fuerza en este momento para sabotear la PSU”, dijo Ignacio Gómez, uno de los voceros de la agrupación.
Aclaró, eso sí, que quienes conforman la agrupación también “estamos en contra de la PSU, porque representa laestandarización y segregación que existe en la educación chilena”.
Rojas detalló, sin embargo, que no es que exista un protocolo en particular ante protestas mientras se realiza la prueba, sino que se aplican los existentes.
“Si una funa va a durar una hora dentro de la sala, habrá que suspender la aplicación en esa sala. Están los protocolos establecidos, pero no en particular para lo que está ocurriendo ahora. Creemos que los protocolos existentes serían suficientes”, añadió el encargado.
ESTUDIANTES
Claudia Herrera, ex alumna del Liceo Anita Serrano de Talcahuano, señaló que “lo que menos quiero es que se haga el 6 y 7 (de enero). Siento que el contexto social no está para nada apto para someternos a la PSU”. La estudiante, que lideró peticiones de mejoras para su establecimiento, añadió que “la mayoría no estamos preparados para rendir la prueba, porqueno tuvimosmuchas clases este año, y como estaba todo, tampoco estaban las condiciones aptas para prepararnos, ni psicológicas, por el estrés y la represión”.Rocío López, ex dirigenta del centro de alumnos del Liceo A-21 de Talcahuano, señaló por su parte que “el ambiente a nivel país no está dado para rendir la prueba, porque muchos jóvenes que se han estado manifestando tienen lesiones por la represión policial y eso, además de ser un impedimento físico, también causa un daño psicológico”.
Según la estudiante, “durante mucho tiempo se ha buscado eliminar la PSU, porque no mide los conocimientos, es algo que está dentro de las demandas sociales”.
Desde la Coordinadora Estudiantil Secundaria, la oposición a la PSU, como instrumento de medición, es compartida, pero son más pesimistas respecto de lo que pueda ocurrir durante las jornadas del lunes y martes. “Consideramos que sería un hito importante, pero creemos que el movimiento estudiantil no tiene la fuerza en este momento para sabotear la PSU”, dijo Ignacio Gómez, uno de los voceros de la agrupación.
Aclaró, eso sí, que quienes conforman la agrupación también “estamos en contra de la PSU, porque representa laestandarización y segregación que existe en la educación chilena”.