Lorna Baeza ofrece productos de madera en la feria y señaló que “en el Parque Ecuador teníamos más llegada de gente porque quedaba cerca del centro, por lo que eramás fácil ir a pie. Pero acá las personas llegan en auto o pasan de rebote después de dar una vuelta al mall”.
Mario Muñoz, quien hace casi tres décadas participa de la feria con sus productos de mimbre hace ya casi 30 años, sostuvo a su vez que “debo reconocer que bajó la llegada de gente en un 10% más o menos, sin embargo he vendido mi mercancía. Pero a diferencia de otros años, este está bajo”.
En su stand, Pablo Hidalgo, quien viene desde Santiago con sus artesanías en cuero, indicó que “hay hartos factores que nos complican, en el Parque Ecuador la locomoción era directa, aquí no. Es lamentable porque sí o sí debo vender, entonces no me queda otra”.
LA ORGANIZACIÓN
Pablo Alvarado, productor de la feria artesanal, asumió que costó sacar adelante la actividad, pues muchos artesanos no habían postulado, e incluso se debieron extender los plazos de inscripción.Uno de los principales temores de los comerciantes, además de la ubicación, era cómo inf luiría la crisis social del país en la realización de la feria. “Debido a estas preocupaciones los vendedores no tenían fe de que esto resultara, o pensaban que no estaban las condiciones óptimas para que se llevara a cabo. Pero la feria se ha realizado durante 56 años de manera interrumpida, por lo cual es parte de la tradición penquista”, recalcó, destacando que se mejoró la seguridad y la parrilla artística.
“Es un espacio que cuenta con todas las condiciones para la comodidad de todos. Dejamos invitados a las familias a que vengan a pasar un momento agradable y seguro”, agregó.