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Más de $1 millón por cabeza gastan para cuidar sus locales
Ya no sólo deben lidiar con bajas ventas y las consecuentes pérdidas económicas, sino que ahora han tenido que echar mano a sus bolsillos para proteger sus fuentes laborales. Es lo que están enfrentando desde hace varias semanas los pequeños locatarios y emprendedores que laboran en el centro penquista.

Compra de fierros, pesadas planchas de acero, candados, soldaduras y todo lo que conlleva levantar sus búnkeres, sumado a la mano de obra de los soldadores, han hecho sufrir a la gran mayoría de los locatarios.

"Llevamos alrededor de $600.000 gastados en todo lo que implica proteger el local y todos los días tenemos que estar desmontando y montando los fierros para poder trabajar, lo que implica otro gasto, pagar $20.000 diarios por persona a los soldadores", sostuvo Carolina Valdebenito, dueña de la tienda "Antonia" ubicada en avenida O'Higgins entre Colo Colo y Aníbal Pinto, espacio que luce impecable en su interior con prendas y accesorios para damas, pero que por fuera debe quedar cubierta por rústicos bloques de fierro para su protección.

"No nos ha quedado otra, lo hicimos la semana pasada porque intentaron abrir", agregó la locataria, cuya tienda lleva seis meses en el lugar.

Un gasto que no aparecía ni en el borrador del presupuesto, pero que debieron incurrir obligadamente. "Y lo peor es que no hemos tenido ventas, súmele a eso el pago del IVA, arriendo, imposiciones de los trabajadores, de hecho tuvimos que reducir personal, esto nos ha afectado por todos lados", reveló.

Fuera de presupuesto

Más extremo es el caso de la tienda de insumos médicos "GlobalMed" ubicada en calle Colo Colo entre O'Higgins y Barros Arana. Ellos bloquearon una de sus entradas y reforzaron el otro ingreso para evitar sufrir daños.

"Habíamos tratado de mantenernos como siempre, pero no se puede correr ese riesgo. Cuando saquearon la tienda Evita (está a pocos metros), decidimos hacer este cierre", expresó Luis Zapata, jefe del local, exhibiendo el muro de fierro que bloqueó parte del ingreso y los refuerzos en la otra cortina.

"Esto ha significado un gasto enorme. No tengo la cifra exacta, pero con seguridad supera el millón de pesos, dinero que por supuesto no está en ningún presupuesto. Somos una tienda pequeña, que brindamos atención a personas enfermas, y tampoco podemos cerrar y dejar a la gente sin atención", expuso el locatario, mostrando las facturas y boletas por las compras de candados, planchas de fierro y soldaduras, entre otros elementos.

"Todos los viernes, para cuidar el local, hay que pagar a un soldador, y el lunes otra vez pagar para abrir. Es un gasto que complica, porque con esto las ventas han bajado mucho", relató Zapata, cuya marca ya sufrió los efectos de la crisis, pues debieron cerrar otro local que tenían en calle San Martín.

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