Ayer se conmemoró el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, con el fin de generar reflexión y acciones sobre el tema. En este contexto, la seremi de gobierno Francesca Parodi, visitó las dependencias del Instituto de Formación y Capacitación Popular (Infocap), una fundación que desde 2008 tiene sede en Concepción y año a año capacita a cientos de personas para contribuir a disminuir los índices de pobreza y desempleo que presenta la Región del Biobío.
Son cinco oficios con alta empleabilidad a los que se pueden postular en el centro: gastronomía, especialista en belleza, instalaciones eléctricas domiciliarias en baja tensión, instalaciones sanitarias y redes de gas, y mueblería en línea plana.
Estos están disponibles para los trabajadores mayores de 18 años pertenecientes al segmento más vulnerable de Chile.
Simón Acuña, director del instituto contó que en el lugar hay personas jóvenes, mayores, pertenecientes a pueblos indígenas y extranjeros.
"Acá la oportunidad de desafiarlos, de demostrarles que la vida se puede jugar en algo, claramente despierta en ellos cosas y por esos los procesos de formación y capacitación generan no solo la oportunidad de el día de mañana ser parte de una industria o de una empresa, eso es lo primero, pero en el fondo es la oportunidad de desafiarse y desarrollarse humanamente", señaló Acuña.
El instituto cuenta con el financiamiento de distintos entes como el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) y el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis), además de alianzas con privados y fundaciones.
Este es uno de los puntos que rescató la seremi de Gobierno. "Cuando el mundo público y privado se unen en pro de poder generar más herramientas para poder atacar la vulnerabilidad y dar más oportunidades a las familias de la Región del Biobío, creemos que es un aporte importante en lo que es la pobreza", concluyó.
Tatiana Peña (46) es una de ellas, que pese a estudiar secretaría en el Liceo Comercial, desde pequeña se ha interesado por los arreglos de gasfitería. Contó, eso sí, que el "bichito" picó sobre todo por los arreglos de su casa. "Tenía problemas en mi casa y llamaba a un gasfíter y que "ya voy" y no venía nunca". Así comenzó ella sola a trabajar y arreglar, por ejemplo la filtración en el estanque del baño, y le encantó. Pero la oportunidad de profesionalizarse no llegó hasta que se separó de su esposo y escuchó de Infocap.
"A mí una conocida me había hablado de estos cursos y cuando me separé, porque cuando tú te separas te dan la oportunidad de adquirir ficha de vulnerabilidad por separada, dije ya, lo voy a intentar".
Así, después de 20 años de casada y cuidar a sus dos hijos. Hoy cuenta con el apoyo de ambos y de su familia, aunque no siempre fue así. "Mi abuela me decía: 'Tatiana pero eso es de hombre, vas a andar agachada'. Ay abuela ahí veré, le decía. Como que mi familia miraba raro".
Pero ahora es distinto, y en vez de criticarla le piden ayuda "Tatiana sabes que tengo una llave mala, Tatiana tengo un problema, una filtración en una cañería del calefón", comentó risueña.
El curso de Instalaciones sanitarias y redes de gas tiene 22 alumnos, entre ellos está también Franco Gallardo (21), oriundo de Santiago pero que por motivos económicos tuvo que mudarse hasta la zona rural de Tomé. "Llegué aquí (Infocap) porque necesitaba buscar una oportunidad de empleo que realmente pudiera ayudarnos a sustentarnos como familia, aunque todavía vivo con mis papas, la situación no es muy buena", contó el joven tomecino que intentó trabajar con su título de contador del liceo, pero sin ser suficiente.
Así fue como comenzó a considerar gasfitería, el oficio de su padre. Si bien este no lo apoyaba al principio, terminó aceptándolo.
"El siempre quiso, como todo padre, que el hijo sea mejor que él, entonces me decía Franco, trabaja en una oficina, tú tienes cabeza para eso (...) por eso estudié contabilidad, pero con el tiempo fui viendo que al final un oficio es lo que en realidad hace bien y él empezó a pensar lo mismo. Así que ahora como gasfíter los dos estamos súper contentos y sabemos que nos vamos a apoyar en un futuro", reflexionó Franco.
Son cinco oficios con alta empleabilidad a los que se pueden postular en el centro: gastronomía, especialista en belleza, instalaciones eléctricas domiciliarias en baja tensión, instalaciones sanitarias y redes de gas, y mueblería en línea plana.
Estos están disponibles para los trabajadores mayores de 18 años pertenecientes al segmento más vulnerable de Chile.
Simón Acuña, director del instituto contó que en el lugar hay personas jóvenes, mayores, pertenecientes a pueblos indígenas y extranjeros.
"Acá la oportunidad de desafiarlos, de demostrarles que la vida se puede jugar en algo, claramente despierta en ellos cosas y por esos los procesos de formación y capacitación generan no solo la oportunidad de el día de mañana ser parte de una industria o de una empresa, eso es lo primero, pero en el fondo es la oportunidad de desafiarse y desarrollarse humanamente", señaló Acuña.
El instituto cuenta con el financiamiento de distintos entes como el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) y el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis), además de alianzas con privados y fundaciones.
Este es uno de los puntos que rescató la seremi de Gobierno. "Cuando el mundo público y privado se unen en pro de poder generar más herramientas para poder atacar la vulnerabilidad y dar más oportunidades a las familias de la Región del Biobío, creemos que es un aporte importante en lo que es la pobreza", concluyó.
Historias
Infocap, en lo que va del año, ha capacitado a 511 personas. Algunas de ellas llegan como forma de aportar al ingreso familiar, otros como desarrollo personal y hay quienes postulan para cumplir un sueño.Tatiana Peña (46) es una de ellas, que pese a estudiar secretaría en el Liceo Comercial, desde pequeña se ha interesado por los arreglos de gasfitería. Contó, eso sí, que el "bichito" picó sobre todo por los arreglos de su casa. "Tenía problemas en mi casa y llamaba a un gasfíter y que "ya voy" y no venía nunca". Así comenzó ella sola a trabajar y arreglar, por ejemplo la filtración en el estanque del baño, y le encantó. Pero la oportunidad de profesionalizarse no llegó hasta que se separó de su esposo y escuchó de Infocap.
"A mí una conocida me había hablado de estos cursos y cuando me separé, porque cuando tú te separas te dan la oportunidad de adquirir ficha de vulnerabilidad por separada, dije ya, lo voy a intentar".
Así, después de 20 años de casada y cuidar a sus dos hijos. Hoy cuenta con el apoyo de ambos y de su familia, aunque no siempre fue así. "Mi abuela me decía: 'Tatiana pero eso es de hombre, vas a andar agachada'. Ay abuela ahí veré, le decía. Como que mi familia miraba raro".
Pero ahora es distinto, y en vez de criticarla le piden ayuda "Tatiana sabes que tengo una llave mala, Tatiana tengo un problema, una filtración en una cañería del calefón", comentó risueña.
El curso de Instalaciones sanitarias y redes de gas tiene 22 alumnos, entre ellos está también Franco Gallardo (21), oriundo de Santiago pero que por motivos económicos tuvo que mudarse hasta la zona rural de Tomé. "Llegué aquí (Infocap) porque necesitaba buscar una oportunidad de empleo que realmente pudiera ayudarnos a sustentarnos como familia, aunque todavía vivo con mis papas, la situación no es muy buena", contó el joven tomecino que intentó trabajar con su título de contador del liceo, pero sin ser suficiente.
Así fue como comenzó a considerar gasfitería, el oficio de su padre. Si bien este no lo apoyaba al principio, terminó aceptándolo.
"El siempre quiso, como todo padre, que el hijo sea mejor que él, entonces me decía Franco, trabaja en una oficina, tú tienes cabeza para eso (...) por eso estudié contabilidad, pero con el tiempo fui viendo que al final un oficio es lo que en realidad hace bien y él empezó a pensar lo mismo. Así que ahora como gasfíter los dos estamos súper contentos y sabemos que nos vamos a apoyar en un futuro", reflexionó Franco.