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Leonel Lucero va por $50 millones de concurso
El ex pescador artesanal de Lebu, Leonel Lucero y su proyecto Ahumados Lucero Mora, productos gourmet provenientes del mar, resultó ser uno de los tres finalistas del concurso Nada te Detiene de TVN y que este jueves último vivió su capítulo de semifinal .

En la jornada los miembros del G100 -grupo pro emprendimiento- decidieron quienes serán los cinco participantes de las semifinales del programa, dejando fuera de competencia a Maika Snacks, productos saludables en base a legumbres y a GuapApp, aplicación que ofrece servicios de belleza a domicilio.

Con este resultado, los competidores que podrían convertirse en el ganador, además de quedarse con el premio de $50 millones son: María Jesús González, creadora de Cubresuelos Chile -vivero de plantas de tipo Crassula con las que reduce significativamente el gasto de agua; Josefina Ugarte, fundadora de Tayú, platos comestibles hechos a base de cochayuyos; Juan Pablo Rodríguez, socio de Kirón y creador de GetUp, silla que permite ponerse de pie a personas con movilidad reducida; Rigoberto Meza de Rigo Limpio, ecodispensador de productos de limpieza y de venta a granel y Leonel Lucero y su proyecto Ahumados Lucero Mora, productos gourmet provenientes del mar.

"Estoy muy feliz por ser un semifinalista. Creo que es una gran oportunidad de poner en valor a la pesca artesanal y sus pescadores que somos capaces de crear valor de lo que extraemos", dijo Leonel Lucero.

El emprendedor tiene claro y definido lo que hará con los $50 mllones del primer lugar, si gana el concurso.

"Quiero construir mi pequeña planta para poder exportar nuestros productos pero además poder enseñar en la misma a los jóvenes que se atrevan a crear productos, que abran su mente y que creemos una mejor comuna, provincia, y región. Quiero crear más puestos de trabajo a jóvenes pescadores enseñarles para que ellos en uno o dos años puedan emprender sus propios negocios: Pero para eso necesito ayuda. En la pesca es difícil crear, pero más difícil es que crean en ti. Espero poder seguir avanzando y demostrar que los pescadores artesanales somos capaces de hacer cosas diferentes.

En el último capítulo, los siete participantes tuvieron un exigente desafío: reunirse con representantes de importantes compañías con el fin real de concretar una venta. Fue esta instancia la clave para que los especialistas y el público -todos miembros del G100- tomaran la decisión final. Desde el grupo cien, señalaron que el veredicto final se vio influido por el desempeño de los concursantes frente al cliente, como también en cómo, a pesar de haber tenido una mala experiencia de venta, supieron revertir la situación ante los especialistas.

Cabe recordar que todos los emprendimientos clasificados, incluidos los que no pasaron a la siguiente etapa, ya se aseguraron un monto de $5.600.000, además de tener la posibilidad de continuar trabajando con sus mentores y acceder al F100, un fondo de aceleración para startups de alto potencial, creado por el G100.

Hoy Lucero Mora cuenta con 80 productos derivados en cinco líneas de negocios que son; conservas, extractos de mariscos, snacks de algas, charqui de pescado (reineta, sierra, jurel, atún) y fresco congelado.

El emprendedor de Lebu inició su proyecto en 2001 después de una larga vida de trabajo en el mar y de dirigente de la pesca artesanal. Durante nueve años lidió solo con su proyecto. Ensayo y error fueron el camino, hasta que en 2011 se adjudicó un fondo de Sercotec que le permitió ir desarrollando nuevos productos. Antes de eso la reineta ahumada era su fuerte. En 2017 logró recursos de lo que fue Innova Biobío y sumó 10 productos más que ha llevado a ferias gastronómicas en Chile y hoy vende a personas particulares en Chile y fuera del país en Colombia, España, entre otros.

Pero necesita crecer para poder exportar y para eso es necesario contar con una planta certificada, que piensa consolidar en el mismo Lebu.

Triple impacto

Su proyecto es lograr la rentabilidad económica y social de su comunidad generando lo que él denomina, un triple impacto; pagar un precio justo por los recursos del mar al pescador que los extrae y no tener que pasar por intermediarios que pagan lo que quieren al pescador y triplican el precio al cliente final. El saco de cochayuyo se lo pagan a $5 mil a los recolectores y yo se los pago a $10. La idea es hacer una economía circular, de escala y poder transformar la pesca artesanal, donde todos ganen. "Lo que busco es trascender y dejar un legado, ya que no pude hacerlo siendo dirigente de los pescadores".

Y agrega que su negocio va por otro lado. "Si a la gente le gustan mis productos los seguirá comprando, pero lo que yo quiero vender es un historia de vida que teniendo todo en contra y con séptimo básico las cosas se pueden lograr. Tengo una profesional que es mi gerente de planta y un gerente de marketing en Santiago. Nosotros solo nos dedicamos a producir y a mostrar que la pesca artesanal sí puede crear valor agregado".

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